ultima historia de la saga EL JARDIN DE LOS PECADOS
En un lugar donde el tiempo no tenía significado y la realidad se disolvía en una niebla perpetua, Andrew Connor se encontraba en el limbo. No sabía cómo había llegado allí, solo sabía que estaba atrapado en un espacio intermedio, entre la vida y la muerte, entre la luz y la oscuridad. Creyendo que ya todas estas pruebas habían terminado , pero no es asi.
El limbo era un terreno extraño, plagado de sombras y ecos del pasado. Andrew caminaba sin rumbo, sintiendo el peso de sus errores y el dolor de sus decisiones. Fue entonces cuando una figura imponente emergió de la neblina, un ser de aspecto etéreo y sombrío que emanaba una energía inquietante.
—Andrew Connor —dijo la figura con una voz que resonaba en todo el limbo—, bienvenido a tu última prueba. Yo soy DMT, la diosa de las drogas, y represento el ultimo Pecado. Aquí, debes enfrentarte a tus demonios para determinar tu destino.
Andrew sintió un escalofrío recorrer su columna. Había oído hablar del ultimo Pecado, pero nunca imaginó que lo enfrentaría en una confrontación tan literal. DMT se acercó, y con un gesto de su mano, el paisaje cambió. Andrew ahora estaba rodeado por versiones espectrales de sí mismo, todas ellas atrapadas en diferentes etapas de su adicción.
—Mira lo que has sido —dijo DMT, señalando a los espectros—. Cada una de estas versiones es una parte de ti, consumida por el ultimo Pecado. Tu desafío es liberarte de estas cadenas y demostrar que puedes superar este vicio.
Andrew observó las escenas con dolor. Vio momentos de desesperación, de vergüenza y de derrota. Pero también vio la chispa de lucha que nunca se había extinguido del todo. Recordó los días en que había intentado, una y otra vez, dejar las drogas y recuperar su vida.
—No puedo cambiar el pasado —dijo Andrew, mirando a DMT a los ojos—, pero puedo decidir mi futuro. Estoy listo para enfrentar este desafío.
DMT sonrió con una mezcla de desafío y respeto. Con otro movimiento de su mano, las sombras se disiparon, y Andrew se encontró en un vasto desierto, una representación del vacío que sentía durante su adicción. En el horizonte, un destello de luz brillaba, representando la esperanza de redención.
—Camina hacia la luz, Andrew —dijo DMT—. Cada paso que des es una prueba de tu voluntad. Si logras alcanzar la luz, habrás superado el ultimo Pecado.
Andrew comenzó a caminar, sintiendo el peso de la tentación en cada paso. La seducción de las drogas era fuerte, susurrándole promesas de alivio y olvido. Pero él siguió adelante, recordando las razones por las que quería cambiar: su familia, sus sueños, su deseo de ser libre.
El camino era arduo, y en momentos parecía interminable. Pero Andrew no se detuvo. Recordó las palabras de su madre, quien siempre le había dicho que la verdadera fuerza estaba en el corazón. Y así, con cada paso, sentía esa fuerza crecer dentro de él.
Finalmente, tras lo que pareció una eternidad, Andrew llegó a la luz. Al tocarla, sintió una oleada de paz y liberación. La figura de DMT apareció una vez más, esta vez con una expresión de aprobación.
—Has demostrado tu valentía, Andrew Connor —dijo DMT—. Has superado el ultimo Pecado y te has liberado de tus cadenas. Tu destino ahora está en tus manos.
Con esas palabras, el limbo comenzó a desvanecerse, y Andrew sintió que estaba siendo llevado de regreso a la vida. Despertó en una cama de hospital, rodeado de seres queridos que lloraban de alegría al verlo abrir los ojos. Había regresado, no solo del borde de la muerte, sino del borde de su propia destrucción.
Andrew sabía que la batalla no había terminado, pero ahora tenía la certeza de que podía ganar. Había enfrentado al dios de las drogas y había salido victorioso. Su destino, antes incierto, ahora brillaba con la promesa de una segunda oportunidad.
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